Los
sucesos ocurridos en Cartagena en Agosto de 1936, forman parte de la
violencia física que se desató en la Región de Murcia durante los
primeros meses de la Guerra, siendo las matanzas que tuvieron lugar
en estos dos buques, las que dispararon las cifras de víctimas
mortales en estos primeros meses, ya que solo entre el 14 y el 15 de
Agosto, el número de fallecidos en estas matanzas fue de 319.
Quedando este hecho grabado en la memoria de la población
cartagenera y recogido en los testimonios de los que lo vivieron y en
la documentación escrita de la Causa General de Murcia. Instruida
tras la guerra por el gobierno franquista, en el afán de represaliar
a los vencidos.
Pero
para entender estos sucesos, es importante entender el contexto de
crispación social que se vivía en Cartagena desde el comienzo del
conflicto, donde, apenas un mes antes, había fracasado la
sublevación de los afectos al bando nacional, muchos de ellos
pertenecientes a la oficialidad de la armada que se encontraba en
Cartagena. La decidida actuación de las fuerzas republicanas
consiguió neutralizar el golpe, y decidiría la suerte de Cartagena,
y seguramente de la Región de Murcia durante toda la guerra, que
sería republicana. Sin embargo, se vivía en la ciudad una enorme
tensión, ya que, tanto parte de las tripulaciones como la masa
social enfurecida de Cartagena exigían una rápida justicia contra
los sublevados, muchos de ellos presos en las bodegas del España
nº3, así como contra los guardias civiles sublevados procedentes de
Albacete, también prisioneros en el “Rio Sil”.
En
este contexto, en el que en las semanas anteriores ya se veían
síntomas de lo insostenible que era la situación, ya que el 31 de
Julio, habían sido fusilados 2 oficiales en el buque Cervantes
y el 3 de Agosto, 3 mas eran fusilados en el Libertad. La
llegada al puerto de Cartagena del Acorazado Jaime I, que había sido
bombardeado dos días antes, el 12 de Agosto en Málaga por un avión
JV-52 de la aviación nacional, provocándole importantes daños y la
muerte de tres de sus tripulantes, hiriendo a otros ocho, fue la gota
que colmó el vaso y que precipitó los luctuosos sucesos.
Acorazado Jaime I. Imagen extrída de [Cartagena histórica. Cuaderno monográfico nº4. El Acorazado Jaime I]
En
la tripulación el Jaime I, funcionaba un comité formado en su
mayoría por anarquistas y una guardia roja, que a su llegada a
Cartagena exigieron a las autoridades de la marina de la Base, la
entrega de los prisioneros de los dos buques. Por lo que, ante el
clima de excitación que se vivía en la ciudad y la nueva amenaza de
la guardia roja del Jaime I, el jefe de la Base, Antonio Ruiz, ordenó
el traslado de los presos a la cárcel del Arsenal.
De
manera que en la noche del 14 al 15 de Agosto a las 00:30 comenzó
el traslado del primer grupo de 10 presos del “Rio Sil” a la
cárcel de la ciudad, que se encontraba junto al Arsenal, de manera
que para no llamar la atención, transportando a los presos por las
calles principales, se abrió un boquete en una de las paredes del
Arsenal por el que pasarían los presos para ser dirigidos al penal.
Sin embargo, según relata el informe del jefe del Arsenal, Manuel
Gutierrez. Aunque la situación parecía controlada, al llegar ante
el Cuartel de Marinería, los presos comenzaron a lanzar insultos y
provocaciones contra los marineros, formándose un gran tumulto que
dos de ellos aprovecharon para intentar escapar, sin embargo fueron
detenidos. Entre este caos y ante la incapacidad de los superiores de
hacerse oir, el personal del arsenal junto a algunos milicianos que
se encontraban armados, dirigieron a los presos hacia el callejón en
el que se encontraba el acceso al presidio, donde fueron acribillados
a balazos.
Ciertos
aspectos de este testimonio resultan poco creíbles, pues es difícil
creer que los presos tuvieran una actitud provocativa en esta
situación y menos aún que trataran de huir, sin embargo tampoco
podemos hablar de una planificación de estas ejecuciones que si se
hubieran llevado a cabo con los mas de 300 prisioneros, habrían
tenido una enorme publicidad en la ciudad. Ante tales sucesos, sería
el propio Manuel Gutiérrez el que suspendió el traslado y dio la
orden de que los dos buques se echaran al mar, sin embargo esto no
detuvo la masacre.
En
el “Rio Sil”, cuando el barco se encontraba a treinta millas del
cuerpo, la dotación de este comenzó a sacar de la bodega a los
prisioneros, atándolos de dos en dos y echándolos al mar con
lastres en los pies, siendo 52 los asesinados, de los cueles 46 eran
guardias civiles y 6 oficiales del ejército de Albacete y Murcia.
Aunque la matanza podría haber sido mayor, pues en las bodegas del
barco aún quedaron mas de 300 prisioneros, la amenaza de estos de
quemar el barco freno la matanza. Aun así, a su vuelta al muelle de
Cartagena, este fue recibido entre gritos de aprobación de la
dotación del Jaime I, de algunos paisanos y del personal del
Arsenal.
En
el España nº3, el número de fusilados y arrojados al mar asciende
según los informes de la Causa General a 147, de los cuales, 94
pertenecían a la armada y resto a los cuerpos del Ejército Guardia
Civil y Carabineros. Como vemos, los informes del “Rio Sil” y del
España nº3 escritos por Manuel Gutiérrez, jefe del Arsenal y
Francisco Llorca respectivamente coinciden en echar la culpa de la
masacre al estado de crispación existente ya desde el comienzo de la
guerra entre las tripulaciones. Sin embargo, el hecho de que los
buques fueran recibidos posteriormente entre la exaltación popular
nos muestran que las matanzas ya habían sido previstas antes de que
los buques zarpasen hacia alta mar.
Buque España nº3. [Imagen Extraída de: https://vidamaritima.com/2008/02/espana-n%C2%BA3/]
En
los propios informes de la Causa General veremos como el bando
nacional hará culpables de estos sucesos principalmente a la Guardia
Roja del Jaime I y al jefe del Arsenal Manuel Gutiérrez, acusado de
alentar las ansias de justicia
de la tripulación, sin embargo exculpa en cierta medida al jefe de
la Base Antonio Ruiz, aunque calificándolo de débil. La realidad,
es que mas allá de responsabilidades y culpables, este fue uno de
los hechos mas negros de la Guerra Civil, y tuvo lugar en Cartagena.
Para
Saber mas:
GONZÁLEZ
MARTÍNEZ, CARMEN: Guerra Civil en Murcia: Un análisis sobre el
poder y los comportamientos colectivos. Universidad de Murcia,
1999.
MARTÍNEZ
LEAL, JUAN: República y Guerra Civil en Cartagena (1931-1939),
Universidad de Murcia, 1990.
Cartagena
Histórica. CUADERNO MONOGRÁFICO Nº1: Cartagena, 15 de Agosto de
1936. Muerte en la Marina. Los sucesos del Rio Sil y el España
número 3, Editorial Aglaya.
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