martes, 31 de diciembre de 2019

La Prisión Provincial de Murcia o Cárcel Vieja: Un ejemplo de lugar de memoria histórica de la Guerra Civil y la Dictadura.



Como hemos señalado con anterioridad, este blog no iba a tratar únicamente de presentar distintos lugares aislados, que por su valor histórico, formaran parte de la memoria colectiva de nuestra región o de su patrimonio. Pero el caso de la Prisión Provincial, es en efecto un ejemplo de lo anterior. Tanto por la importancia que este edificio tienen como elemento identitario de la sociedad murciana, como por la necesidad de reivindicar su importancia, después de largos años de abandono, desde que el edificio perdió su función original hasta 1980.

En este largo periodo de abandono, el edificio ha sobrevivido a varios intentos de demolición total, y a otros de demolición parcial, que en algunos casos habrían supuesto también una renovación y recuperación del edificio. Sin embargo, hasta día de hoy, la Prisión Provincial, situada en el número 2 de la Avenida Primo de Rivera, formando parte del entramado urbano de un punto neurálgico de la ciudad como es la Plaza Circular. Esperando en estado de ruina, hasta que por fin se ha puesto en marcha un plan efectivo para su rehabilitación, respetando en todo lo posible su estructura y forma original.

La construcción de la Prisión Provincial se planteo en el 1922, con el objetivo de que el nuevo centro penitenciario sustituyera en su función a la cárcel de la Misericordia Nueva, que se ubicaba en el paseo de Garay. La construcción finalizó en 1927 y fue inaugurada el 26 de Mayo de 1929, encontrándose en este momento a las afueras del casco histórico de Murcia. A partir de este momento la Prisión Provincial pasó a ser el centro penitenciario principal de la Región, con una capacidad de hasta 400 reclusos. De manera que durante la II República y la Guerra Civil, la Prisión Provincial fue también el principal centro penitenciario republicano.

Sin embargo, fue al término de la guerra y en el contexto de represalias políticas impulsadas por el Nuevo Régimen cuando este edificio adquirió un mayor protagonismo, estos fueron los años en que quedó grabado por su significación política en la memoria colectiva de Murcia, como símbolo de la represión franquista. En estos años de posguerra, la cárcel vieja fue el principal centro de internamiento de rojos, republicanos y en definitiva, presos políticos. Estando también habilitados a este efecto en la ciudad los conventos de las Isabelas y las Angustias. En ella, se estimó que llegaron a coincidir más de 3000 presos, a la espera de juicios sumarísimos.

Por tanto las condiciones de vida de los presos eran realmente duras, el hacinamiento provocaba que muchos presos tuvieran que dormir a la intemperie en los patios, una gran escasez de alimentos que provocaba gran cantidad de muertes por hambre y unas precarias condiciones de higiene que hacían proliferar las enfermedades como el tifus, la hepatitis, el tracoma, gastritis, etc. A lo que tendríamos que añadir los fusilamientos que se realizaban en los mismos patios de la presión, delante del resto de presos, teniendo estos que caminar después por encima de los cadáveres, como medida ejemplarizante, las palizas, las violaciones colectivas por parte de miembros de la Falange o los castigos de hasta 30 a 60 días en las celdas de aislamiento.

Además, los presos estaban sometidos a fuertes medidas de adoctrinamiento político, moral y religioso. De manera que la correspondencia privada de los pesos era censurada y revisada por las autoridades de la cárcel y además estos eran obligados a acudir a diariamente a misa. Unas condiciones durísimas, constatadas por los propios testimonios de los presos y que no son exclusivas de esta cárcel, sino que también se dieron en el resto de cárceles españolas en los primeros años de la dictadura.

La Prisión Provincial cesó su actividad en 1980, trasladándose las funciones de Prisión Provincial a la nueva Cárcel de Sangonera y desde entonces se ha visto en estado de abandono, llegando a presentar un estado de ruina deplorable para un edificio que forma parte del patrimonio cultural de la ciudad. Tras casi 40 años de abandono y proyectos infructuosos de demolición y de reutilización. Primero como Museo de Murcia y más tarde como sede de la Agencia Tributaria, hay un verdadero proyecto en marcha, que comenzará a hacerse efectivo en 2020, haciendo justicia a un edificio que albergó el sufrimiento de miles de represaliados por el régimen franquista tras la guerra, su recuerdo entre sus muros y que jamás debió caer en el olvido. Para finalizar me gustaría dedicar esta entrada a Don Ángel Mena Rubio y Don Pedro José Mena Rubio, hermanos de mi abuelo, que cumplieron condena de diez años en la Prisión Provincial por responsabilidades políticas.

    Fachada Principal de la Cárcel Vieja de Murcia. [Imagen extraída de: La Prisión Provincial de Murcia: Una aproximación arquitectónica, histórica y cultural. FRANCISCO J. MEDINA-ALBADALEJO]




Para Saber más:

J. MEDINA-ALBADALEJO, FRANCISCO: La Prisión Provincial de Murcia: Una aproximación arquitectónica, histórica y cultural. Universidad de Murcia, 2009.



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